Ordo Draconis

Una gran controversia se inició en el seno de la Ecclesia Veritatis con la fundación de la Ordo Draconis. En sus estatutos fundacionales se incluían dos licencias que hasta ahora habían sido prohibidas. La primera de ellas, la Licencia Machinae permitía el uso de prótesis biónicas. Sólo después de largas discusiones conciliares en las que se valoraba el futuro papel diplomático y bélico que iba a desempeñar la nueva orden, llegó a aceptarse; no sin el descontento de un sector minoritario del Alto Clero.



Sin embargo, el punto más polémico sería la Licencia Armorum. El principio de religiosidad, diplomacia y comercio que regía sobre los miembros de la EV impedía que usaran armas personales. La concesión de esta licencia supondría un privilegio que podía crear un peligroso precedente. La larga polémica conciliar que se generó retardó en varios años la aprobación del permiso eclesiástico de fundación. Al final, de manera sorprendente, se aceptaron los estatutos de la Ordo Draconis. Entre los privilegios que le fueron otorgados se encontraban la Licencia Machinae y la Licencia Ensis. Esta última era una concesión simbólica en lugar de la Licencia Armorum: los clérigos de la nueva orden no podrían usar armas personales, a excepción de una espada.


Lo que en principio se interpretó como una burla a las pretensiones de la orden, con el tiempo demotró ser su característica más imponente.